NO HAY NADA QUE DEMOSTRAR


Elige tu amor propio a “tu mejor versión” en cada entrenamiento, competición y/o carrera.
No necesitas competir contra nadie, no necesitas mejorar tus marcas, ni si quiera necesitas superarte a ti mismo, ¿sabes por qué? Por qué no tienes nada que demostrar a nadie. Puedes continuar los caminos trazados o crear los tuyos propios a cada paso, a cada zancada.

 ¡No hay mapas! No establezcas una guía predeterminada de lo que será tu futuro, de lo que serán tus metas, objetivos, entrenamientos. ¿Sabes por qué? Porque haciendo esto te autolimitas a conocer otras opciones, y por qué el futuro es impredecible.

Si pones toda la carne en lo que podría ser mañana, es decir, si tus expectativas son muy altas. Primero, durante el proceso sufrirás debido al exceso de responsabilidad, perfeccionismo por qué todo salga según lo planeado, exigencia y patrones rígidos para cumplir con el planning. Segundo, cuando llegue el día D si no se cumplen las expectativas que tenías planeadas te sentirás tremendamente frustrado, fracasado e inútil.

Todo esto forma parte de un esquema negativo de pensamiento con grandes distorsiones cognitivas de pensamiento e ideas irracionales (Por ejemplo: “es horrible que las cosas no salgan como yo había esperado”).
Finalmente, lo que se suponía era un hobbie para disfrutar y desconectar pasa a convertirse en un lastre, y entonces abandonamos la práctica deportiva, e incluso nos sentimos deprimidos.

Para que esto no ocurra, hoy te propongo que salgas ahí fuera y no pienses, solo corre, entrena, te propongo como objetivo SENTIR lo que haces y dejarte fluir. Sin presiones, no tienes que ser el mejor, ni quemar todos tus cartuchos, solo dejarte ser y sentir.

Vuelve a correr como cuando eras pequeño y corrías por la arena de la playa para que no te cogiese esa ola, y otras tantas dejándote arrastrar tras sus aguas mientras reías sin parar y no tenías miedo de caer y revolcarte por la arena. Recuerda como jugabas con tus primos, hermanos a intentar atraparos y sentías esos nervios en la tripa de que te cogiesen pero disfrutabas al máximo, o cuando casi alcanzabas a tu primo pero en un breve instante torcía su dirección y perdías el ritmo.

Siente tu respiración fluir, tus pasos enérgicos, olvida el crono, abre los ojos y mira el paisaje: ¡HAZLO TUYO! Escucha el sonido del mar, del río, de los pájaros, quizá de la lluvia.
Si tus expectativas ahora parten de 0, todo lo que consigas lo harás sin presión, disfrutando del proceso hasta que llegue el resultado. Seguramente este te sorprenda gratamente ya que no estableciste ningún juicio previo y esto te permitió dar lo mejor pero sin buscarlo ni planearlo, cuando te relajas las cosas fluyen y conectas cuerpo, mente y corazón. 
¿Por qué hacemos esto?
Para que seas consciente que solo existe este momento aquí y ahora, para que sueltes lastres y dejes de presionarte. No tienes que demostrar nada. Cuando empieces a entender esto serás capaz de empezar a disfrutar con tus entrenamientos y encontrar el equilibrio entre la autoexigencia de modo consciente y sabiendo que es positivo siempre para mí y el dejarte llevar por tus sensaciones sin presión.

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