Como una niña pequeña cuando vuelve al cole tras las vacaciones 🙆🏽 🎉
4 meses fuera de las pistas de atletismo y del grupo por lesiones y muchas horas de trabajo 😞😫
4 meses en los que he sufrido físicamente, pero sobre todo psicológicamente por no poder entrenar o hacer una de las cosas que más me gusta, correr 🏃🏾
A duras penas, a deshoras y con mucha ansiedad de querer y no llegar. Que largo se hace el camino cuando no aprendemos a disfrutar de los momentos... 😔
Cuando ponemos la vista en el final del trayecto en lugar de disfrutar cada parte por la que vamos pasando, error.😅
Hoy he cambiado el chip, el APRENDIZAJE 📝 La mejor lección del camino ☺️
¿Sabéis la historia de los mándalas? Los monjes tibetanos llevan a cabo un ejercicio simbólico que les sirve para recordarles la actitud que deben sostener en esta vida impermanente. Realizan complicados dibujos llamados mándalas compuestos por miles de granitos de arena. Estos representan el universo y por esos se componen de miles de elementos dispuestos en círculos concéntricos. Pueden estar componiéndolos durante semanas o meses y, una vez acabados, los exponen tan sólo durante unas horas. Después llevan a cabo la parte más importante; la ceremonia de disolución del mandala... Entre melodías arrojan al viento toda la composición de arenilla fina. Cuando los monjes destruyen su obra, están expresando que las cosas de la vida no son tan importantes: los logros, la condición física, el estatus, incluso la salud... No tienen la relevancia que tendemos a otorgarles. Podemos disfrutar de todos nuestros proyectos como en un JUEGO 😉, pero ¿sufrir por el resultado? ¡Eso no! (Extraído del libro "Las gafas de la felicidad").
Correr engorda está claro: engorda el corazón, tus amistades, tu felicidad, tu resistencia, engorda tu salud, tu optimismo, tu agenda de viajes, tu fuerza, tu capacidad de tolerancia al sufrimiento 😎
Que empiecen las series cortas 💥🔥😰😂💪🏾🙌🏾
Dale al play ▶️
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