Sigue, sigue, sigue...

Sigue, sigue, sigue, sigue, sigue, vamos, no te hagas caso, no escuches tus quejas, sigue, sigue, puedes hacerlo, es cuestión de cabeza, es cuestión de coraje, sigue, sigue, sigue, sigue, sigue, no pienses en lo que queda para acabar todo, piensa en la primera vuelta y sigue, sigue.  No des toda la energía en un principio, reserva, quedan muchas vueltas, aunque te puedan las ganas, la emoción y la fuerza del principio, aprende a regularte, ahí está la clave, mantenerse, ser constante, la gota agujerea la piedra no por su fuerza sino por su constancia dicen, pues ahora tienes que seguir, sigue, sigue, sigue.  Unos te adelantarán, otros quedarán atrás, otros pocos intentarán ir contigo, pero no pierdas el foco, el objetivo es nuestro, la meta es nuestra. Cada uno de nosotros lleva el suyo propio. Puedes ir solo o acompañado, tú eliges, pero conseguirlo sólo depende de uno mismo. Nadie es responsable más que nosotros  de seguir, así que no pienses y sigue, sigue, sigue.
 Te sobra fuerza para hacerlo, los fantasmas son los que tratan de pararte, no los escuches.  El miedo es lo que te hace frenar, sigue, sigue, sigue, sigue. Una vuelta tras otra, fijando pequeños objetivos conseguirás el gran objetivo. No te desanimes, una vuelta más es una vuelta menos para conseguir llegar a la meta. Es más fácil de lo que crees, piensa en terminar cada vuelta, fijando la intención, la mente y el cuerpo en cada una, pero sin olvidar las que faltan y así conseguirás hacer todas. Sigue, sigue, sigue.
 Y cuando visualices la meta y tus piernas quieran parar, no escuches, tira ahora más fuerte, con más ganas, saca todo, ahora es el momento, dar todo y sigue, sigue, sigue, corre, no pares.
Este diálogo es el que ayer mantenía conmigo misma en la pista de atletismo, ya os he hablado en otras ocasiones sobre esta afición  y hoy he querido compartir con vosotros.
Es perfectamente extrapolable a otros aspectos de la vida, a menudo, los problemas no vienen solos, se forma una gran bola, como un ovillo de lana difícil de desenredar, aprender a hablar con nosotros, cambiar nuestro diálogo interno nos ayuda a enfrentar las cosas desde puntos diferentes. Dicen que las personas no cambian, creo que es una actitud de lo más fácil y conformista. Si se quiere, sí que se puede, eso sí, con mucho esfuerzo, pero se puede. Me repito, cuestión de ACTITUD.
Presta atención a como resuelves los problemas, escucha los mensajes que te mandas. Esos son los que mueven el cuerpo. Fija pequeñas metas, pequeños logros para no desanimarte y premia cada uno de ellos y si, SIGUE, SIGUE, SIGUE. SIEMPRE HACIA DELANTE.

Felices sueños.

Comentarios

  1. Ningún logro importante se consigue sin esfuerzo. Y ha de ser, como bien dices, un esfuerzo constante en el tiempo, para el que se necesita persistencia, ser constante en la lucha diaria por alcanzar el objetivo que nos hemos propuesto. Ya lo dice el refrán: “El que la sigue, la consigue”. Son los que no abandonan ante el primero obstáculo, los que siguen probando cuando las cosas se tuercen, los que al final obtienen la recompensa de su esfuerzo.
    Saludos.
    Fdo. Manuel CR

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