Después de la tormenta, viene el arcoíris



'No es el crítico quien cuenta; ni aquellos que señalan como el hombre fuerte se tambalea, o en qué ocasiones el autor de los hechos podría haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece realmente al hombre que está en la arena, con el rostro desfigurado por el polvo, sudor y sangre; al que se esfuerza valientemente, yerra y ' da un traspié tras otro pues no hay esfuerzo sin error o fallo; a aquel que realmente se empeña en lograr su cometido; quien conoce grandes entusiasmos, grandes devociones; quien se consagra a una causa digna; quien en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso; y que en el peor de los casos, si fracasa, al menos caerá con la frente bien en alto, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas frías y tímidas que no conocen ni la victoria ni el fracaso.'
Sobre el discurso: El Hombre en la Arena es el fragmento más conocido del discurso La Ciudadanía en una República que Teddy Roosevelt pronunció en La Sorbona (Universidad de París, Francia) en 1910. Fuente: Wikipedia: Citizenship in a Republic.

Que nadie nos venda la moto, está de moda ser sano, hacer deporte y ser mega optimista, y si, eso está muy bien, pero la realidad, como dicen, supera la ficción. ¿Qué quiero decir con esto? Que lo realmente importante no es subirse al carro de los gurús motivacionales y entrar en una espiral de “flower power”, lo que importa es lo que hacemos día a día. El trabajo diario por llegar a fin de mes, quizá en algunos casos, a disgusto, cobrando mal y tarde, explotados y con derechos pisoteados. Es lo que hay, dicen. Da gracias que tienes, también dicen. El trabajo diario por estudiar lo que uno desea, por luchar por cada uno de sus sueños, renunciando a salir, renunciando a disfrutar de placeres de la vida, renunciando a dormir lo necesario por lo mínimo e imprescindible, renunciando a viajar, renunciando a compartir momentos con la familia, todo por un sueño. Todo por lo que uno en verdad quiere. Lo siento, para todos los que dicen que “es lo que hay”, yo no me conformo. Puede que para llegar a nuestro destino tengamos que pasar por infinidad de baches, fracasos y dificultades, pero repito que “yo no me conformo”.
 Lo fácil es acomodarse, seguir quejándonos pero seguir en el mismo sitio, lo fácil es no hacer esfuerzos, dejarse llevar, lo fácil es tirar la toalla ante la primera dificultad, lo fácil es pensar que ya llegarán tiempos mejores. Que en el futuro todo cambiará, todo irá a mejor, lo verdaderamente cierto es que los tiempos los creamos las personas, las circunstancias cambian porque nosotros hacemos para cambiarlas. Habéis oído eso de que puede estar lloviendo fuera, pueden caer rayos, tormentas y vendavales, si el corazón es fuerte, nos mantendremos firmes ante la tormenta. Si nuestra mente es flexible nos adaptaremos a los cambios con facilidad y si trabajamos duro al final los resultados tendrán su recompensa, sigamos confiando, no perdamos la fe, la esperanza de que todo llega, solo es cuestión de buena actitud, perseverancia y persistencia.
 Pero sobre todo, que no os convenzan con palabras bonitas, lo que importa como siempre son los hechos, si quieres cambios empieza a moverte, nada cae del cielo.

Porque después de la tormenta, viene el arcoíris.




Comentarios

  1. “La persistencia es más importante que el talento”, decía Calvin Coolidge. Y debe ser cierto porque todos conocemos a gente con mucho talento que ha fracasado. La persistencia es una actitud proactiva y una virtud positiva que caracteriza a las personas que han alcanzado el éxito en la vida. Si Edison hubiera dicho: “es lo que hay”, no lo conoceríamos hoy por haber inventado la bombilla eléctrica; necesitó de muchos fracasos y errores para obtener lo que buscaba. La perseverancia es el camino de la gente extraordinaria, de la gente ordinaria con una actitud mental positiva, que lucha por un sueño, que se marca una meta, que no acepta la derrota, que sabe gestionar sus errores. Y el error tiene mucho que enseñarnos, si le dejamos.
    ¡Saludos!
    Fdo. Manuel CR

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    1. Así es, no puedo estar más de acuerdo. Aunque los que han fracasado, a menudo, han tenido el valor de arriesgarse a hacerlo, diferencia con los que piensan en hacer, pero después la comodidad y/o el miedo les paraliza.
      A los primeros, los que fracasan, también podemos encontrar diferencias, los que continúan persistiendo, como bien citas en el ejemplo "Si Edison hubiera dicho: 'es lo que hay'" y no se amilanan y los que tiran la toalla ante el primer fracaso. De todos y todo se aprende, grandioso el ser humano. :-)
      Muchas gracias por el comentario.
      Un saludo.

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